Como les decía, emocionalmente
para mí un embarazo es un momento de mi vida muy intenso. Y durante estos
últimos meses, no crean que todo ha sido tristeza y angustia, como les decía en el post anterior (click!) hemos tenido
muchos momentos felices y de ilusión, de compartir e involucrar a Nahia con la
llegada de su hermanito, sus primeras pataditas, el crecimiento de la tripa…
Controles Médicos
Siempre he llevado
mis embarazos por privado con mi Doctora de confianza, y por la seguridad
social, porque considero que nuestro hospital público es el lugar ideal para
recibir a nuestro bebé.
La cuestión ahora es
que cada vez que tengo que ir a un control, me pongo muy nerviosa. Me inundan
las dudas, estoy unos días antes y después inquieta. Y aquí me surge una
reflexión, ¿porqué tengo que esperar a qué otra persona (sanitario o no) me
confirme que estamos bien?
Así que a partir de
ahora decidí confiar en mí, ir a MÍ. A mí necesidad, a mi estado, a mi
consciencia, a mi bebé… así que apoyada por
mis comadres, hablando con mi chico, decido SÓLO hacerme las revisiones
NECESARIAS, y no más.
Y mí ansiedad, se regula. Voy a mí, a lo que siento, a la sintomatología real (no a la inducida por mi estrés), siento dolor de ciática, no siento contracciones, no hay manchados, ni hay líquido, TODO VA BIEN… Que me siento cansada, descanso. Que estoy intentando abarcar mucho, me toca delegar. ¿Parece fácil? Pues no lo es, pero MERECE LA PENA.
Bebé de nalgas
El momento del parto
es un momento MUY IMPORTANTE para MÍ. También lo es para mi bebé, pero la ilusión y la ansiedad parte de mí. Cuanto más de formo y me informo, mayor es la certeza que
tengo de que cuanto más sincronizadas están las necesidades de mamá y bebé, y
cuanto menos intervenimos en ese vínculo, mejor fluye todo.
Ahora bien, yo sé de
dónde viene mi ansiedad. Con Daniel viví un parto natural, cefálico, que fue
relativamente “bien”, pero me quedé en un paritorio en silencio, sin bebé. El parto de
Nahia, se desencadenó antes de lo previsto y me pilló de improviso. Fue rápido,
natural, intenso y de nalgas, y aunque fue muy bien, al nacer la niña, casi no
la sostuve, se la llevaron y me volví a ver (por un momento) en un paritorio sin
mi bebé. Si quieres que te cuente cómo viví el parto de Nahia click!
Así que mi mayor deseo es ese parto natural, cefálico, tranquilo, en el que puedo sacar y sostener a mi bebé, sin que nos separen. Repito es mí deseo. Un deseo que debe ser relativizado, sabiendo que las cosas son como son.
Así que mi mayor deseo es ese parto natural, cefálico, tranquilo, en el que puedo sacar y sostener a mi bebé, sin que nos separen. Repito es mí deseo. Un deseo que debe ser relativizado, sabiendo que las cosas son como son.
De modo que, a todo
esto, mi “intento” es que Jon se colocara de cabeza… Y el milagro pasó, con 32 semanas Jon se dio la vuelta y se giró.
No se imaginan la inmensa alegría que sentí. Ya mi matrón me lo dijo en una
revisión ese viernes, fui prudente. Pero el lunes que teníamos eco y ya pudimos
confirmarlo y encima nos llevamos una foto de su carita… fue un regalo.
¡Por fin hemos podido ir a las clases de preparación al parto! No sé si se
preguntan si ¿merecen la pena? Nuestra matrona es lo más, hace las clases súper
divertidas, se aprende un montón y es una buena oportunidad para compartir en
pareja y prepararse para lo que llega. Informarse, hablar, saber a quién acudir
y preparar juntos el plan de parto es una forma muy bonita de vivir este
momento en pareja.
Ahora, poco a poco estamos preparando sus cosas. Lidiando con este nuevo
miedo que ha surgido a la prematuridad, de preparo sus cosas o no, de uff queda
tan poco, espero llegar a la semana 37… en fin, de nuevo,
no puedo controlar lo que es incontrolable. Mi fecha (poco) probable de parto es el 23 de septiembre.. se aceptan apuestas jejeje por lo demás les voy contado a diario en redes cómo vamos ¿me acompañas?
Durante estos días tendrán una serie de post que creo que pueden interesarles, sobre nuestro destete, la operación pañal, los NO terribles 2 años de mi hija Nahia, nuestra experiencia con el colecho, cómo nos planteamos la adaptación al cole o la llegada del nuevo hermanito,...
Durante estos días tendrán una serie de post que creo que pueden interesarles, sobre nuestro destete, la operación pañal, los NO terribles 2 años de mi hija Nahia, nuestra experiencia con el colecho, cómo nos planteamos la adaptación al cole o la llegada del nuevo hermanito,...
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