Al salir del hospital con 27 semanas y viendo cómo iba la cosa los médicos me decían que había muchas posibilidades de que se adelantara, que era cuestión de esperar y ver hasta cuando aguantaba, que lo ideal que llegara a la semana 30, o a la 34, y de repente estamos terminando la 36 y aquí seguimos, así que yo ¡¡¡FELIZ!!!
Al llegar del hospital, evidentemente me encontraba cansada, con ansiedad por estar, ahora sí totalmente quieta, y no poder hacer las tareas de la casa, ni la comida, ni preparar las cositas de la niña.. pero bueno.
Sobre los síntomas físicos, durante estas semanas me notaba, sobre todo por las tardes, los pies bastante hinchados, a la hora de comer lo hacía con gusto y devoraba la comida, seguía notando presión y ligeros calambres durante todo el día en el bajo vientre, aumento del flujo vaginal, y las molestias intestinales propias del embarazo. Y mientras tanto seguían las rachas de contracciones.
Psicológicamente este embarazo ha sido una montaña rusa, el hecho de que cuando no es una cosa es otra es agotador. Terminando la semana 30 me detectan un retraso en el crecimiento de la niña, es decir, hasta ese momento estaba creciendo a un ritmo digamos de un bebé de tamaño medio, y de repente pasaron dos semanas en los que la niña creció poquito, seguía dentro de lo normal, pero había que vigilarlo. Con lo cual otra preocupación más.
El procedimiento médico pasó a ser: revisiones semanales para comprobar su desarrollo, vigilar el flujo de sangre madre-bebé, el estado de la placenta y flujos de sangre de la niña. Además del seguimiento en monitores para asegurarnos de que sus constantes vitales eran correctas.
- A raíz de esto lo peor que podía pasar es que a la niña no le estuviese llegando bien los flujos de sangre, con lo cual no se estaría alimentando, ni oxigenándose correctamente y habría que provocar el parto para evitar un posible sufrimiento fetal. Este momento ha sido el peor de todo el embarazo con diferencia, la idea de provocar el parto con tanta antelación, que la niña estuviese sufriendo, que la tuviesen que ingresar y la separaran de mí tan pequeñita, que estuviese en la incubadora cubierta de tubos era una imagen que me mataba; el bajón me duró unos días, y luego a centrarse en lo positivo, y era que por el momento la niña no estaba mal, sólo más pequeñita dentro de lo normal.
- En el mejor de los casos, lo que podía pasar es que simplemente y sin ningún motivo médico preocupante, la niña estuviese creciendo un poquito menos y punto.
Afortunadamente, en las semanas posteriores, con el seguimiento y demás comprobamos que la niña estaba creciendo, se mantenía pequeñita pero dentro de valores normales, y aumentando cada semana unos 200 gramos, sus constantes vitales estaban estupendas, seguía bastante activa en la tripa pataleando, sobretodo después de comer (y colocada de culo, pero bueno), el desarrollo de sus órganos estupendo, incluso en las últimas ecografías ya vimos claramente los pulmones haciendo el movimiento de la respiración. Así que, este capítulo acabó con una sensación de alivio muy grande.
Por otro lado, la análitica del tercer trimestre y el exudado, aunque se suele realizar en la semana 35 o 36, yo me la hice un poquito antes por si se adelantaba la cosa. Y salió todo normal.
VACUNA DE LA TOSFERINA. Respecto de esta vacuna me informé bastante, y reconozco que cuánto más me informé, menos me decidía cada especialista me decía una cosa. El único punto en el que coincidían unos y otros es que la vacuna es lo que es una vacuna, y punto la mamá genera anticuerpos y se los pasa al bebé a través de la placenta, no sé sabe a ciencia cierta el grado de inmunización que tiene el bebé al nacer, y tampoco hay estudios que demuestren que es realmente eficaz o si produce algún daño.
Al final, me decidí a vacunarme, digo yo que si la administra la Seguridad Social, y la recomienda las principales autoridades médicas mala no será. Y dado que la tosferina afecta a los pulmones, y en el caso de que naciera prematura lo más débil que suele tener son los pulmones, así que si la puedo proteger al menos un poquito con esta vacuna pues eso hago.
Las últimas semanas, que ya me han dicho que todo va bien, y que todo ha quedado en un sustillo, sigo con alguna rachita de contracciones, pero a estas alturas ya supongo que son normales, la niña se pone gordita y espero que se gire y se vaya colocando ya de cabecita, y el útero se va preparando para el momento del parto. Yo me encuentro genial, con sentimientos encontrados por un lado, me da pena que se acabe esta etapa, cuando ya estoy tranquila porque la niña esta formada, ha pasado los 2 kilos de peso, me encanta verme la tripa, notar como se mueve la pequeñaja y sentirme cada vez más capaz respecto de lo que supone el embarazo. Por otro lado, estoy esperando el momento del parto con muchísima ilusión, y me siento con fuerzas para tener mi deseado parto natural, rapidito espero... y disfrutar de esos momentos en que me pongan a mi niña encima y conocerla por fin.
Muchas Gracias, por estar ahí.
Casandra.
SÉPTIMO MES DE EMBARAZO (Semanas 28, 29, 30, 31)
Al llegar del hospital, evidentemente me encontraba cansada, con ansiedad por estar, ahora sí totalmente quieta, y no poder hacer las tareas de la casa, ni la comida, ni preparar las cositas de la niña.. pero bueno.
Sobre los síntomas físicos, durante estas semanas me notaba, sobre todo por las tardes, los pies bastante hinchados, a la hora de comer lo hacía con gusto y devoraba la comida, seguía notando presión y ligeros calambres durante todo el día en el bajo vientre, aumento del flujo vaginal, y las molestias intestinales propias del embarazo. Y mientras tanto seguían las rachas de contracciones.
Psicológicamente este embarazo ha sido una montaña rusa, el hecho de que cuando no es una cosa es otra es agotador. Terminando la semana 30 me detectan un retraso en el crecimiento de la niña, es decir, hasta ese momento estaba creciendo a un ritmo digamos de un bebé de tamaño medio, y de repente pasaron dos semanas en los que la niña creció poquito, seguía dentro de lo normal, pero había que vigilarlo. Con lo cual otra preocupación más.
El procedimiento médico pasó a ser: revisiones semanales para comprobar su desarrollo, vigilar el flujo de sangre madre-bebé, el estado de la placenta y flujos de sangre de la niña. Además del seguimiento en monitores para asegurarnos de que sus constantes vitales eran correctas.
- A raíz de esto lo peor que podía pasar es que a la niña no le estuviese llegando bien los flujos de sangre, con lo cual no se estaría alimentando, ni oxigenándose correctamente y habría que provocar el parto para evitar un posible sufrimiento fetal. Este momento ha sido el peor de todo el embarazo con diferencia, la idea de provocar el parto con tanta antelación, que la niña estuviese sufriendo, que la tuviesen que ingresar y la separaran de mí tan pequeñita, que estuviese en la incubadora cubierta de tubos era una imagen que me mataba; el bajón me duró unos días, y luego a centrarse en lo positivo, y era que por el momento la niña no estaba mal, sólo más pequeñita dentro de lo normal.
- En el mejor de los casos, lo que podía pasar es que simplemente y sin ningún motivo médico preocupante, la niña estuviese creciendo un poquito menos y punto.
OCTAVO MES DE EMBARAZO (Semanas 32, 33, 34, 35)
Afortunadamente, en las semanas posteriores, con el seguimiento y demás comprobamos que la niña estaba creciendo, se mantenía pequeñita pero dentro de valores normales, y aumentando cada semana unos 200 gramos, sus constantes vitales estaban estupendas, seguía bastante activa en la tripa pataleando, sobretodo después de comer (y colocada de culo, pero bueno), el desarrollo de sus órganos estupendo, incluso en las últimas ecografías ya vimos claramente los pulmones haciendo el movimiento de la respiración. Así que, este capítulo acabó con una sensación de alivio muy grande.
Por otro lado, la análitica del tercer trimestre y el exudado, aunque se suele realizar en la semana 35 o 36, yo me la hice un poquito antes por si se adelantaba la cosa. Y salió todo normal.
VACUNA DE LA TOSFERINA. Respecto de esta vacuna me informé bastante, y reconozco que cuánto más me informé, menos me decidía cada especialista me decía una cosa. El único punto en el que coincidían unos y otros es que la vacuna es lo que es una vacuna, y punto la mamá genera anticuerpos y se los pasa al bebé a través de la placenta, no sé sabe a ciencia cierta el grado de inmunización que tiene el bebé al nacer, y tampoco hay estudios que demuestren que es realmente eficaz o si produce algún daño.
Al final, me decidí a vacunarme, digo yo que si la administra la Seguridad Social, y la recomienda las principales autoridades médicas mala no será. Y dado que la tosferina afecta a los pulmones, y en el caso de que naciera prematura lo más débil que suele tener son los pulmones, así que si la puedo proteger al menos un poquito con esta vacuna pues eso hago.
Las últimas semanas, que ya me han dicho que todo va bien, y que todo ha quedado en un sustillo, sigo con alguna rachita de contracciones, pero a estas alturas ya supongo que son normales, la niña se pone gordita y espero que se gire y se vaya colocando ya de cabecita, y el útero se va preparando para el momento del parto. Yo me encuentro genial, con sentimientos encontrados por un lado, me da pena que se acabe esta etapa, cuando ya estoy tranquila porque la niña esta formada, ha pasado los 2 kilos de peso, me encanta verme la tripa, notar como se mueve la pequeñaja y sentirme cada vez más capaz respecto de lo que supone el embarazo. Por otro lado, estoy esperando el momento del parto con muchísima ilusión, y me siento con fuerzas para tener mi deseado parto natural, rapidito espero... y disfrutar de esos momentos en que me pongan a mi niña encima y conocerla por fin.
Muchas Gracias, por estar ahí.
Casandra.
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